Sigo viendo gente que se indigna con los procederes de banqueros, políticos y otros gangsters.
Me sorprende. Me sorprende mucho porque en realidad, parece que nadie se da cuenta que cada «hijos de puta» o cada «como se atreven a hacer eso» es en realidad un «pero papá!! vuelve a cuidar-me!!! ocúpate de mi!!!!».
Nos educaron como niños, para que aún adultos, fuéramos niños dependientes. Nos dijeron «yo me ocuparé de tu salud, de tu educación y de todo lo demás» y nos acomodamos. Y ahora, que papa-estado se ha revelado ante nuestros ojos como lo que es, una entidad que trabaja para si misma y para bancos y corporaciones con el único fin (procedente del ego temeroso) de acaparar poder y riqueza, parece que no somos capaces de superar el shock inicial de ver a papá robándonos en vez de cuidándonos y seguimos -como niños- pidiendo clemencia o no dando crédito a esta nueva verdad.
Cada queja o indignación que genera el desfalco de un banquero o la corrupción de un político, no es mas que el miedo que genera ver que has sido absolutamente dependiente de entidades e instituciones que ahora te das cuenta: No eran de fiar.
Algunos esperan despertar compasión a este padre borracho de poder y siguen llorando a sus pies y los mas valientes levantan la voz para decir «hijo de puta!!» o «indecente!!».
Yo creo que sus sistemas están caducos. Creo que tanto el sistema judicial, como el penitenciario, como energético, como el de sanidad, como el de educación, como sobretodo el monetario, son sistemas no sólo muertos, si no mortales. Creo que es hora de dejar al niño, superar las dependencias emocionales y responsabilizarnos por nuestra vida y nuestro mundo creando lo que queramos crear entre todos.
Pero claro, eso es difícil si todavía estamos PROGRAMADISIMOS como para llegar a comprender que el poder de auto sanarse ES REAL, o como para ver que la energía libre es un hecho secuestrado por corporaciones, o como para ver que educación no es que te rellenen la cabeza con datos inútiles y miedos para que no te salgas de las vías marcadas, o como para ver que ninguna cárcel hace mejor a un preso que al criminal que entró en ella, o como para ver y entender, que los billetes no tienen NINGÚN valor real y que cada vez que un banco da un crédito, escribe la cifra en un teclado sin tener el dinero, pero que en cambio tu vas a pagar ese dinero y sus intereses con tu trabajo.
No somos presos de ningún sistema ni de ningún padre traidor. Somos presos de nosotros mismos, de nuestros prejuicios, de las mentiras con las que hemos sido adiestrados y sobretodo sobretodo, de la dejadez que tenemos por conocernos a nosotros mismos y al mundo en el que vivimos dispuestos a tirar tantas falsas creencias de nuestra cabeza como sea necesario para atisbar el sabor real de la existencia y nuestra naturaleza.
Mientras tanto, sigue indignándote con los que comen carne, o con los que se llevan billones de billones robando o con los que hacen leyes dictatoriales, o con los que vienen de otro país, o con los que votan al otro color, o con los que se mean en la calle, o con los que… Los mismos que nos educaron, fueron educados bajo una verdad que ejecutan a su antojo ante nuestra tendencia a la pataleta: Divide y vencerás.
Un pueblo de ovejas engendra un gobierno de lobos. Si ves a los lobos, tal vez es hora de que te mires en el espejo y aceptes que si, que tu, yo y todos, hemos creído que eramos el disfraz de oveja que nos pusieron de pequeños.
Mucho amor para todo el mundo, los que ven y los que no, porque al final, la buena noticia, es que lo sepas o no, eres un ser divino con potencial infinito.
Roger Mercader, 29 de mayo de 2012.